Podemos cambiar el mundo cambiando nuestros hábitos de compra
09 de Diciembre de 2021
09 de Diciembre de 2021
El Día de Sobrecapacidad de la Tierra marca la fecha en la que hemos consumido más recursos de los que el planeta puede renovar ese mismo año. Un día que desde el año 1970 se ha adelantado continuamente. En el 2021, el Earth Overshoot Day se produjo el 29 de julio, lo que quiere decir, que este año consumiremos 1,7 planetas. Siguiendo al ritmo previsto, se estima que para el 2030 consumamos un total de 3 planetas al año.
El poder de retroceder este patrón, o cambiar esta situación, está en nuestras manos. Es posible, a través de la concientización, de revisar nuestros hábitos de consumo, nuestras técnicas de producción y de nuestra responsabilidad y compromiso con el planeta. Así nos lo hizo saber May López, Directora de Empresas por la Movilidad Sostenible, en su charla en la Reunión Anual Alumni 2021 de EAE.
En el ciclo de producción y consumo, existen dos puntos que resultan críticos. El transporte es responsable del 17% del total de emisiones de CO2 en Europa. En España, tan solo los turismos suman el 15% de estas emisiones. El segundo punto crítico se encuentra en el residuo textil. “900 mil toneladas de residuos textiles son generadas solo en España anualmente” contaba May. Y es que, para producir una sola camiseta son necesarios 270 litros de agua.
Lo cierto es que cada vez somos más conscientes de la ayuda que necesita nuestro planeta. Reciclamos, hacemos uso de transporte público, cambiamos a turismos eléctricos, … sin embargo, hay factores que se escapan a nuestra consciencia, como el de que generamos una movilidad indirecta simplemente con nuestros hábitos de consumo. “Nuestra decisión de compra hace que alguien se mueva por nosotros y muchas veces con vehículos más contaminantes. Los hábitos de consumo como lo compro y que me lo traigan ya, o compro tres tallas y tres colores y lo devuelvo, todo eso es movilidad, es CO2 y es calidad del aire”.
Estamos inmersos en la era de la inmediatez, impulsados por una cultura de compra que nos invita a consumir y cambiar rápido. Un claro ejemplo es el “Fast fashion”. Donde las empresas textiles lanzan nuevas colecciones casi semanalmente, invitando al consumidor a tomar decisiones de compra irresponsables y a hacer de las prendas de ropa, prácticamente, elementos de usar y tirar. Tan importante como que las marcas se comprometan a producir de manera sostenible, es que sus clientes cambien sus hábitos de consumo.
Desde la revolución industrial, el modelo de producción ha sido lineal: tomamos los recursos del planeta, producimos y desechamos. Ahora, sabemos que este modelo está obsoleto, es insostenible.. empezamos a empujar hacía una economía circular. La economía circular plantea un escenario donde todos los residuos que generamos se vuelven a meter en el circuito y además tiene como objetivo generar el mínimo impacto posible. Sin embargo, esto solo es el comienzo. May López lo tiene claro y nos habla de un concepto que ya presentó ante el Congreso Nacional de Medioambiente: “Necesitamos una economía esférica, donde cada organización busque, además, generar un impacto positivo allí donde opere.” Ya no es cuestión de generar el mínimo impacto, sino de generar impacto positivo, generar empleo de calidad, generar desarrollo económico y cuidar del medio ambiente.
May nos invita a reflexionar. A ser conscientes de que los cambios comienzan desde cada persona individual. Indiferentemente al sector que pertenezcamos, empresas o consumidores, ambos están formados por grupos de personas, y en base a las decisiones y responsabilidades de cada una de ellas, se puede cambiar la cultura y el futuro.
Las empresas deben mirar más allá del desarrollo económico. Contribuir con el desarrollo local donde operemos, buscar un desempeño ambiental para no consumir más de lo que nos da el planeta y colaborar con otras organizaciones para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible son 3 puntos claves.
Los consumidores, tenemos mucho más poder de lo que imaginamos para lograr cambiar las cosas. Por un lado, nuestras decisiones de consumo tienen el poder de cambiar las decisiones de producción. Por otro, debemos de fijarnos en aquellas organizaciones que contribuyan de manera real y primarlas sobre el resto. “Contribuir de forma real no es que digan que lo están haciendo bien, si no que no haya pruebas de que lo están haciendo mal” avisa May. Si somos capaces de reconocer a aquellas empresas que lo están haciendo bien de verdad, las que no lo estén haciendo así, lo empezarán a hacer también.
Ponente: May López, Directora de Desarrollo en EMPRESAS POR LA MOVILIDAD SOSTENIBLE y profesora de EAE.